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Rastro de migajas. Parte 1

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leyva1130's avatar
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BASIL

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Rastro de migajas
Parte 1.



– Basil…



– Basil…



– BASIL!!! – Gritó finalmente exasperado el ratón rechoncho, al ver pasar de un lado a otro al detective, que tenía poco de haber llegado y se había puesto a trabajar con quién sabe cuanta cosa que sacó de su chaqueta, mascullando algo sobre que “el villano” fue descuidado y dejo varias pistas en su camino.

Dawson se había girado para darle alcance al ratón más alto, antes de volver vuelta al verse esquivado nuevamente por el detective que parecía haber encontrado lo que buscaba.

– Lo siento amigo, Dawson – se disculpó el de ojos verdes, abriendo un libro y pasando las paginas rápidamente, antes de detenerse y golpear con la punta de un dedo una de las páginas, mientras aquellos frascos con líquidos coloridos, chispeaban y hervían como reacción del reciente experimento realizado por el roedor.

– Basil, qué ocurre? – preguntó el mayor, tallándose la cabeza, sin saber que pensar o sentir al ver nuevamente en acción al detective que parecía feliz con su trabajo.

Suspiró suavemente, decidiendo por pensar en las cosas positivas de aquello y agradeciendo al cielo por que el otro parecía haber recuperado parte de su espíritu y esencia.

No negaba que se había sentido preocupado y muy, pero muy enfadado, al ver cómo había desaparecido de la casa, sin decir nada ni dejar una nota sobre su paradero, preocupándolos y alarmándolos, al pensar que entre sus delirios y miedos que por un momento considero superados, había terminado por salir a ponerse en peligro en las calles, buscando las sombras de lo que fue su némesis, cuando este ya había desaparecido de sus vidas.

O al menos, así era como ellos lo veían.

Bien, no hubo cuerpo encontrado, pero ¿qué tan difícil hubiera sido que la enorme rata fallecida, hubiese sido levantada o recogida por algún humano como una forma de limpieza de la explanada del reloj?

Pero aquello, no era una verdad que Basil deseaba ver, encerrándose dentro de su mente, con la idea de que el peor de los villanos de la historia (y de su vida) sobrevivió a la caída (algo que parecía completamente imposible por la distancia que recorrió en picada) y escapado, seguramente esperando el momento oportuno para regresar a concluir sus planes sobre la reína.

Negó un par de veces, agradeciendo que esta vez no tuviese que utilizar los sedantes que fueron sus principales herramientas en días pasados, agradeciendo que Olivia hubiese partido con su padre, en un viaje para olvidar toda esa horrible experiencia que vivieron…

Tal vez… eso le había hecho falta al ratón detective, salir de Londres para relajarse y olvidar por completo todo ese asunto de Ratigan. Suspiró suavemente, acercándose a Basil y asomándose por encima de su hombro, observando como movía aquel tubo de ensayo que se tintaba de un color diferente.

– Basil – murmuró, escuchándose un siseó de parte del ratón más alto, cuya sonrisa se iba ampliando cada vez más, al darse cuenta que todo correspondía a la zona de alguna vez había visitado junto a su compañero Dawson, en el caso de Olivia.

Se retiró dejando aquella solución que fue revisada por el buen doctor, con una ceja levantada, antes de que el detective regresara con algunos recortes de periódicos, ordenándolos, nota a nota, sobre la superficie de la mesa que desocupó al empujar con su mano todo lo que había en ella, provocando que todo cayese.

– Señor Basil!!!! – Reclamó la señora Judson que observaba aquello, colocando sus manos en sus caderas con indignación al saber que tendría que limpiar el desorden provocado, sin recibir una respuesta. A lo que se dio media vuelta, dejando a los dos varones en sus asuntos, molesta, indignada y frustrada, refunfuñando sobre que al menos podría ser más ordenado y limpio.

– Basil – volvió a llamar el médico.

– Silencio Dawson… – ordenó, colocando una nota entre otras, como si formara un pequeño camino, siguiendo los lugares en donde habían sido cometidos los delitos, a pesar de no coincidir en el orden las fechas de su realización – interesante…

– ¿Basil?

– Al parecer… nuestros estimados delincuentes, decidieron dejar un pequeño e invisible rastro de migajas, con sus acciones – puntualizó, recargando su codo sobre su mano, para llevar la otra a su mentón, sin retirar sus ojos de aquella notas.

– ¿Rastro? ¿A qué te refieres Basil? ¿Acaso te contrataron en un nuevo caso? ¿Por eso saliste de casa sin decir nada? – preguntó rápidamente Dawson, tratando de distinguir aquel “rastro de migajas” que hacía mención su amigo, notando únicamente que los lugares parecían pertenecer a calles aledañas, que seguían un mismo rumbo.

– Elemental mi querido, Dawson… este caso es muy, pero muy especial, porque tengo un interés personal en él – dijo, sabiendo que de decirle la verdad a su amigo, sobre que sospechaba que Ratigan estaba tan vivo como ellos dos, seguramente planeando su venganza contra él y tratando de recuperar un poco de lo perdido.

Aunque, la mayoría de sus secuaces habían sido arrestados y, otro tanto, se dieron a la fuga, abandonando toda fidelidad al saber de la muerte del doctor al que servían.

Tal y como hacían las ratas de bordaje, cuando se hundía el barco… siempre corriendo para ponerse a salvo y olvidándose de cualquier otra cosa.

Sin embargo, parecía ser que el murciélago continuaba en aquel lugar, dónde era la guarida de Ratigan… vivo o muerto, el doctor… a pesar de ser arrojado al Támesis… regreso al lugar de quien servía.

– ¿Un interés personal? – pregunto el doctor Dawson, entrecerrando sus ojos y frunciendo su nariz, haciendo una expresión por demás graciosa por el mostacho debajo de esta, preguntándose ¿qué tenía de interés para Basil, dicho caso? Cuando no solía tomar de forma personal los casos.

Siempre había sido muy profesional, alejando y dividiendo los sentimientos y gustos, de los casos que tomaba, para evitar desbarrancar su alma, al abismo del dolor.

– Así es, Dawson – dijo dando vuelta para buscar un mapa y una pluma, realizando un pequeño camino con la tinta roja, para seguirlo.

– Espero que no tenga nada que ver con… el Doctor Ratigan – dijo el ratón bonachón, llevando sus manos a la espalda y viéndole con cierto interés, a lo que Basil detuvo el avance del plumón, sabiendo que no tendría el apoyo de su compañero en aquel caso personal.

No podía decirle, si no deseaba ser detenido y llevado de regreso a la cama, bajo sedantes, argumentando que estaba enloqueciendo… encerrándolo en su propio hogar para “ayudarle”, cuando la mejor ayuda que podía recibir, era demostrando que Ratigan había muerto, como lo decían todos aquellos encabezados de periódicos que colgaban en la chimenea, junto a la fotografía de su némesis.

– Dawson!!! Me ofende!!! – dijo con los ojos muy abiertos, continuando con el rayado en aquel mapa que comenzaba a memorizar, en caso de que su amigo decidiese retirarlo – Estoy de acuerdo que, niego que haya muerto Ratigan, pero no por eso romperé con mi ética profesional, relacionando todo lo que vea con él!!

Señaló con un aire ofendido falso, antes de tomar el mapa y doblarlo, para guardarlo entre sus ropas, recogiendo rápidamente las noticias y arrojándolas a una caja para su posterior estudio.

– ¿Vas a volver a salir? – preguntó el médico, siguiendo al más alto, quien se dirigió a su bata y se la colocaba.

– Negativo… hoy descansare, di algunas vueltas en el centro de la ciudad y, como sé que usted no me permitirá realizar mayor actividad física de la debida – dijo recostándose en su sofá favorito, tomando su violín con cierto gusto, tocándolo por primera en semanas, desde que hubiese caído enfermo por las heridas realizadas en la torre del reloj, luego de la partida de Olivia – así que descansare esta noche, después de todo… no sabemos que otras pistas aparezcan esta noche.

El timbre de voz de Basil, sonó con mayor interés, mientras las notas del violín se dejaban escuchar en la habitación, dando un poco más de normalidad al lugar, luego de tan triste momento que vivieron todos ellos.

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BASIL
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Migajas.

Había terminado de comer uno de los bollos calientes de la señora Jutson, sin interrumpir su lectura de aquellos diarios cuyas noticias habían sido recortados en varias páginas.
El humo de la pipa encendida, subía lentamente hacía el techo, realizando formas de listones que se retorcían por el poco aire existente en la habitación, mientras se escuchaba uno que otro murmullo referente al contenido de los textos. Sin más, Basil estiró su mano para tomar la taza de té que le había dado su ama de llaves, dando un sorbo pequeño, mientras fruncía ligeramente su ceño por un pequeño indició que había encontrado dentro de una noticia, que bien podría compararse con un crimen menor y sin importancia.
¿Pero acaso, no los grandes criminales, alguna vez habían inic
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BASIL
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Trozos de locura.

Durante ese corto lapso de tiempo, la normalidad había regresado en el hogar del detective de la Calle Baker; o al menos, eso creían el resto de sus habitantes, al escuchar nuevamente la música del violín de Basil, luego que casi toda la noche no les dejara dormir por no desear parar las notas, mientras se hundía dentro de sus cavilaciones y trazaba planes y rutas que no entendían del todo, pero sabían o creían que sería algo bueno.
– Es bueno verlo como antes… pero no estoy segura de sentirme del todo conforme – musitó el ama de llaves, con una mano en su pecho al ver al detective observando fijamente aquel pequeño altar lleno de notas de periódicos, la campana que brillaba a contra luz y la horrible fotografía de aquel cruento doctor que finalmente había dej


Al parecer, Basil ha logrado encontrar pistas que, considera, le llevaran a demostrar si esta o no vivo Ratigan.

¿Encontrara al Profesor Ratigan vivo? ¿Será una trampa o simplemente un emocionante caso más de su vida?

Espero que sea de su agrado >w<*, y que haya lectores TTwTT

Basil de la calle Baker © Eve Titus and Disney
History © :iconleyva1130::iconpretor30: Leyva
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Basil of Baker Street

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missjackpumpkin's avatar
Pues ya sabes que a mi me vas a tener pegandote en la espalda con el Sirmiq peluche nomas de la pura emoción de que estas escribiendo esto... EN SERIO QUE AMO A TU BASIL ES TAN LENDO!!!!

(se llena de corazoncitos y pega chilliditos emocionados)

En serio mujer, menudos escritos te pegas!!!