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Destino - C1

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leyva1130's avatar
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NOTAS PARA SEGUIR LA LECTURA:

Los “:::::::::::::::::::” son saltos en el tiempo, equivalentes a unas horas, días o semanas… también son saltos de escenario.

Los pensamientos de los personajes irán entre comillas, de la siguiente manera: – “pensamiento” –

Los Flashback irán con sus respectivas leyendas y en negritas, para distinguirse del resto del texto.

Los recuerdos de frases irán en cursivas, de ser posible centrado el texto: “recuerdos de frases”

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DESTINO
CAPITULO 1


El sonido de las pisadas pesadas de aquella enorme bestia se escuchaba entre las rocas que les rodeaban, mientras la respiración de dos individuos resonaba, tal vez una más que la otra, al ir resoplando por el cansancio y la desesperación que embargaba su cuerpo y alma, al tener herido a quién consideraba alguien más que un amigo o hermano de armas…

Se sentía culpable de aquella situación, no importaba todo lo que hubiera dicho la tortuga al respecto para animarle o para alejar aquel sentimiento que a palabras del otro “no le ayudaba en nada para su concentración”.

Había dejado atrás a su ejército, al menos a la parte que había sobrevivido de aquella emboscada, sin dudar en tomar a su hermano herido entre sus brazos y correr para buscar ayuda, luego que el médico que llevaban consigo dijera que no podía hacer absolutamente nada por la tortuga, cuyo caparazón del pecho había sido atravesado con la flecha, muy cerca del corazón.

No le preocupaba el resto de flechas, sino aquella que le estaba arrebatando la vida de su mejor amigo… de su hermano y compañero.

– Deberías dejarme… – La voz cansada y agotada de uno de ellos se escuchó, mientras que el otro enorme ser apenas bajaba la mirada para ver a su mal herido amigo, componiendo una expresión de mayor de dolor por semejante petición que ya llevaba días haciéndola el otro desde que hubieran pasado por dos pueblos sin encontrar a nadie que pudiera ayudarlo.

Tragó pesado, cerrando los ojos unos segundos, al preguntarse cómo es que habían caído tan fácilmente en dicha trampa, cuando habían derrotado ejércitos compuestos de miles de individuos, incluso que parecían mucho más fuertes que ellos?!!!

Movió un poco sus orejas, apretando su agarre sobre su amigo cuya respiración era un poco más errática y torpe que la del día anterior alertándole del peligro al que lo estaba sometiendo en su búsqueda de ayuda. Tal vez, lo mejor hubiera dejarlo en alguna tienda para salir en búsqueda de ayuda, pero consideraba más fácil llevarle directamente a hacer un doble viaje, dónde se reducían por mitad las posibilidades de sobrevivencia del otro.

Una ligera sonrisa de la tortuga, le hizo componer una expresión mayor de pena, antes de levantar el rostro y apretar un poco más el paso cansado que llevaba, al haber transcurrido días enteros sin detenerse más que para darle agua y tratar de alimentar a su compañero, empujando lejos su propio cansancio y el dolor que sentía en sus patas por el peso que cargaba.

– Nunca Oogway… – aseguró, mientras la tortuga volvía a cerrar los ojos con cansancio, dejándose llevar por su compañero que parecía no estar dispuesto a darse por vencido – todo saldrá bien…

Juró, en tanto sus ojos bajaron a la herida cubierta por las vendas enrojecidas por la sangre seca sobre estas, que simplemente constataba que tan profunda había sido la herida y que tan fuerte, como para atravesar la protección de la tortuga.

Si tan sólo no se hubiesen distraído, aquel ataque lo hubieran visto venir y no hubieran quedado atrapados.

Tal vez, si él no hubiera comenzado con sus tonterías sobre el futuro que prometía estar lleno de paz y felicidad no sólo para todos, sino también para ellos.

“Para que haya paz, hay que destruir la oscuridad” – le había dicho en aquella ocasión, cuando comenzaban a formar ese enorme ejército, terminando por apoyar a la tortuga que parecía estar dispuesta a conseguir aquella conquista por la paz, aunque tuvieran que derrocar mil reinos y uno más.

“A veces, se deben de hacer grandes sacrificios para el bien de los demás” – le decía Oogway, cuando le preguntaba si valía la pena toda esa lucha, mientras se trataban las heridas de batalla, sonriendo por los ánimos que nunca parecían disminuir en su amigo que empezaba con sus discursos sobre la paz que vendría, antes de tomar su lanza y colocarla al frente para que la tortuga chocara con la propia como una forma de jurarse que continuarían hasta el final.

Tantas batallas ganadas, otras perdidas, pero la guerra continuaba y todo parecía indicar que la oscuridad había logrado vencer al arrebatarle la vida a uno de ellos, pero no, él no lo permitiría jamás…

Él mismo había podido huir, con varias heridas en su cuerpo que no consideraba mortales, lo cual fue bueno para las tropas que comenzó a reorganizar de inmediato para poder hacer frente a esa emboscada, luchando valientemente contra ellos, ignorando el hecho de que la propia tortuga había utilizado su cuerpo, aprovechando su caparazón resistente, para detener la lluvia de flechas que iba contra ambos…

Cómo había podido ser tan ciego como para no notarlo en su momento… que Oogway…

*FLASBACK*

Las flechas clavadas en su cuerpo escocían y ardían fuertemente, pensando que tal vez irían envenenadas o tratadas por la forma tan precisa en que había dado contra ellos…

“Sólo, tu y yo… cuando esto termine”

Era lo último que recordaba al charlar con la tortuga sobre lo que vendría cuando lograran su cometido, mientras avanzando por muy al frente del ejército que comandaban a fin de buscar alguna trampa del enemigo que parecía mantenerse ausente en los territorios.

Tal vez la expresión de Oogway que parecía no haber pensado en el final de todo, cuando este parecía acercarse cada día más, con cada batalla ganada…

Emitió un profundo quejido, levantándose del suelo y arrancándose algunas de las flechas clavadas en su cuerpo y que le pudieran estorbar ahora que eran atacados, observando como el enemigo salía de sus escondites y escuchando los gritos de guerra y terror de sus soldados, moviendo sus orejas.

– Oogway!!! – gritó, tomando su lanza y repeliendo algunas flechas más que iban en su contra.

Malditos fueran todos ellos, que se habían atrevido a atacarles justamente cuando hablaba con su hermano de algo importante.

Con un gruñido e ignorando la sangre que escurría de las heridas, se agachó a tomar una mejor posición, haciendo girar entre sus pezuñas su poderosa lanza de doble punta, dispuesto a castigar a aquellos que les habían atacado, más viendo de reojo a la tortuga que continuaba en el suelo.

– Estas bien Oogway? – le preguntó a su compañero con un tono preocupado, dejando salir un suave suspiro de alivio al ver que este se levantaba del suelo emitiendo un gruñido, más sin darle el frente al mantenerse en cuatro patas con la vista al suelo.

– Sí, estoy bien… – respondió la tortuga con un tono realmente molesto, provocándole una sonrisa en los labios al saber que con su caparazón debió haber rechazado todas las flechas lanzadas en su contra… y por la cantidad de flechas rotas en el suelo, estaba seguro que el daño había sido reducido gracias a su hermano.

Lo cual significaba una ventaja para todos ellos y que la tortuga debía estar hirviendo de furia por la sorpresa que se habían llevado por el ataque.

Y sin decir nada más, dio un salto para acabar con todos aquellos arqueros que continuaban atacándoles, dando su grito de batalla y motivando a sus soldados a regresar a la batalla, olvidándose por un momento de los heridos y continuando con la lucha.

Todo se limitaba a dos cosas: sobrevivir y traer la paz.

Sólo eso importaba y sabía muy bien que Oogway también lo comprendía al verlo levantado y luchando nuevamente.

*FIN FLASHBACK*

Pero…

Había sido tan estúpido como para no notar la grave herida que se ganó la tortuga durante la emboscada, quien a pesar de todo continuó luchando hasta que su cuerpo no pudo más, cayendo inconsciente en medio del campo de batalla, quedando en fuego cruzado.

Ni siquiera habían valido de algo los cortes que tenía su cuerpo… en cuanto vio a su hermano caer no dudo en utilizar todas sus fuerzas para llegar hasta él, tomándole y sacándole de la batalla, mientras le llamaba para despertarle.

“Grandísimo estúpido!!!” – le gritó cuando vio la flecha clavada profundamente en el pecho sin que la tortuga reaccionara y sin poder creer que ni siquiera la armadura metálica que utilizaba el otro guerrero había servido de algo para evitar el daño.

Aún peor, que Oogway no hubiese dicho nada.

“Médico!!! Médico!!!” – había gritado, mientras el resto de sus hombres terminaban por pedir refuerzos a las tropas más cercanas, convenciéndose que la derrota era irremediable en esos momentos, optando por anunciar la retirada, siendo tomados los heridos para sacarlos y escapar de aquel campo de batalla que comenzaba a convertirse en el mismo infierno para él.

Mayor deshonra no podía existir que el huir como un cobarde… pero qué importaba la honra, cuando tu mejor amigo estaba muriendo entre tus brazos?

En realidad no valía nada.

Se sabía de la tortuga y estaba seguro que la tortuga se sabía de él… eran dos hermanos, con un objetivo en común, con sueños semejantes de los que no pensaban renunciar bajo ningún concepto, excepto por su propio hermano…

– Kai… en qué piensas?

La voz de la tortuga le hizo abrir los ojos, sacándolo de sus pensamientos… bajo la mirada, clavando sus ojos azules en los del enorme reptil, sonriéndole muy apenas.

– En nada… – respondió sencillamente, mientras su mirada observaba la tela manchada de sangre seca, apretando un poco el paso.

El silencio se volvió hacer, mientras su mente se atormentaba entre las opciones que tenía y lo que debía hacer…

Qué difícil desear lograr algo no tener la capacidad de hacerlo. Buscar ayuda y no encontrar a nadie pueda lograr aquel milagro que tanto deseaba.

“no tiene remedio”

“es demasiado grave la herida, morirá”

“renuncia hijo, él ya no tiene salvación”


Todos y cada uno de los médicos que había visitado le decían aquello… Oogway ya no tenía remedio y moriría… incluso, consideraban un milagro que no hubiera muerto desde antes, sin revelarles que él mismo se estaba encargando de ayudar a mantener a la tortuga en el mundo.

– Kai…

Nuevamente la voz de Oogway le despertó de sus pensamientos, parpadeando y dándose cuenta que habían entrado a una zona desconocida, volteando a todos lados para ubicarse.

– ya déjalo… – pidió la tortuga, mientras el enorme yak resoplaba suavemente.

– Guarda tus energías Oogway – ordenó, con voz calma, erizando levemente su pelaje al continuar su avance – nunca te dejaría atrás…

Respondió con decisión, observando un camino que se interrumpía por un enorme acantilado, provocando un gruñido frustrado de parte del yak que temblaba al sostener a su amigo.

– Kai… el final de mis días ha llegado… – dijo la tortuga, abriendo finalmente sus ojos, observando entre la neblina de la debilidad aquellas rocas que se erigían frente a ellos, junto con las nubes que tapaban el enorme abismo – el universo ha decidido…

– Deja de decir ese tipo de cosas, Oogway… aun no es tu momento – ordenó el otro, volteando a los lados, hasta que finalmente sus ojos lograron divisar lo que podría ser un puente a la lejanía – ja!! Debe haber una población cerca, y en una población, debe haber un médico capacitado, ya verás, llegaremos con él y te sanara, te pondrás bien hermano.

Aseguró el Yak reiniciando su paso por toda esa zona, observando las rocas a su alrededor con desconfianza, ignorando el suspiro y quejido emitidos por quien llevaba en brazos, como si estuviera seguro que un ataque de un momento a otro llegaría, inclusive de las propias rocas que se balanceaban peligrosamente sobre sus posiciones, como si simplemente esperaran que algo las empujara.

Tragó pesado, continuando con sus pasos, esperando que en la siguiente villa pudieran ayudar a su mal herido amigo, que a cada segundo que transcurría se acercaba más y más a la muerte.

– Kai…

– Guarda silencio Oogway – ordenó el enorme yak a la tortuga herida, sin dejar de observar las alturas – o nos caerán las rocas encima…

La vista nublada de la tortuga, por la pérdida de sangre, se elevó, observando las rocas sobre sus cabezas, que apenas podía enfocar, realizando una mueca con la boca.

– Kai…

Volvió a murmurar, antes de desmayarse de nueva cuenta y escuchando en la lejanía que decían su nombre, mientras su mente volaba directamente al momento en que aquella desgracia había iniciado e ignorando que su amigo se detenía para hacerse un corte en la parte blanda de su pezuña, provocándose un sangrado y dándole de beber a la tortuga como una forma de hacerle mantener fuerzas aún.

Kai sabía que debían darse prisa… deseando con todas sus fuerzas que aquella anciana tuviera razón, que aquella villa oculta existiera y pudieran ayudar a su amigo mal herido.

– Tranquilo Oogway… llegaremos con esos pandas y te pondrás bien.

Le juró, tomándole nuevamente entre sus brazos luego de vendarse su herida, empezando el camino a pesar de las heridas en sus patas que dejaban ver el daño que se había provocado él mismo al caminar sin descanso con el peso de su amigo.

– te salvaras…

Sin tener idea, de que el destino y los dioses se movían entre ambos de forma silenciosa y que lo habían decidido separar, sería separado inminentemente, sin importar cuanto se esforzara por evitarlo…

Porque a partir de aquella decisión, su amigo terminaría por encontrar su camino y su vida cambiaría para siempre, empezando un camino en completa soledad.

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Comments7
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Pixie-van-Winkle's avatar
Nyaa, quiero leer, pero dime, es muy necesario haber visto la película para entender la trama? ;w;U