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A2 - C2 = EL ESCAPE. PARTE 1

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leyva1130's avatar
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Este capítulo es desde el punto de vista de Tux (POV).

Los “:::::::::::::::::::” son divisiones de los sucesos.

Lo escrito en cursiva son sucesos pertenecientes a sucesos que ocurren en segundo plano independientes de la narración que realiza Tux.

Los pensamientos de los personajes irán de la siguiente manera: – “pensamiento” –

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TORMENTA DEL CORAZÓN
ARCO 2. El REGRESO DEL PIRATA.

Saqueamos, robamos, sin nada importar
Todos brindando yo-ho
Yo-ho, yo-ho pirata siempre ser.

Hurtos, estafas, toma lo que hay
Todos brindando yo-ho
Yo-ho, yo-ho pirata siempre ser.

CAPÍTULO 2. EL ESCAPE. PARTE 1

(POV del Capitán pirata Mr. Tux)

En cuanto escuche la orden lanzada por aquel perro, no dude en lanzarme por la ventana y deslizarme por la cuerda que se presentaba ante mí, como única ruta de escape pacifica, sencilla y fácil, sin verme en la necesidad de pelear a espadazos con todos esos soldados (que sin duda me superaban en número) y a los que conocía en su mayoría, gracias a los días que pase en estas tierras.

Era una lastima, utilizar el pañuelo proporcionado por la hija del gobernador, mismo que me dio en nuestro encuentro, pero fue necesario para evitar provocarme alguna herida innecesaria que me complicara la utilización de la espada en caso de verme en la necesidad de ocuparla, esperando que resistiera lo suficiente para lograr mi objetivo.

No importaba cuantos años pasaran, ese viejo perro jamás cambiaría, era tal y como lo recordaba y le conocí cuando era un pequeño niño, gruñón, huraño y loco… como la mayoría de los amigos que tenía mi tío. Y por eso mismo, sólo estando loco o lo suficientemente ebrio, iniciaría una pelea con él.

Faltaba poco para que llegara a la parte media del largo de la cuerda, la carreta no estaba muy lejos, sin duda mi cálculo fue correcto, pero cuando sentí que la cuerda perdía tensión, supe que ese sujeto había tenido una brillante idea de cortarla y evitar mi móvil de escape.

“vaya, la segunda idea en años”

Supongo que cada dos décadas se le ocurría una idea realmente buena, para variar. Reí internamente por mi broma, mientras mi cuerpo caía, manteniendo la idea de que lograría mi objetivo, que equivocado estaba.

– EN LA CARA NO!!! – grite antes de que mi rostro golpeara duramente contra la madera de la carreta, escuchándose un crujido en el momento y dejándome en la oscuridad por algunos segundos.

Mi cabeza se aturdió por algunos segundos, mientras mis aletas se movían por si solas (gracias al instinto de supervivencia que había desarrollado) para asirse de forma firma de la orilla de la carreta, mientras el chofer continuaba con su camino.

– HENRY!!! ¿PODRÍAS TENER MÁS CUIDADO?!!! – escuche la voz chillona de una dama en el interior de la carreta, seguramente se trataba de una de esas señoras pudientes que siempre cargan con una mascota en sus brazos, ataviadas de joyas (ambas criaturas) que bien podrían suponerme alguna ganancia para comprar un par de tragos en una taberna.

Trate de subirme al techo del carruaje, pero la falta de adornos en la superficie de la madera y la superficie perfectamente lisa y pulida, me lo impedían, haciendo resbalar una y otra vez.

– ¿Por qué… siempre… es tan… difícil? – me queje tratando de no hacer mucho escándalo, ya era suficiente con llamar la atención de los individuos que transitaban como para llamar la del chofer del carro que tenía una cara de pocos amigos, mientras me esforzaba por subir a la parte superior del carruaje para ponerme a salvo…

La existencia de civiles les impedía dispararme a los soldados y eso me mantenía tranquilo… o al menos eso pensaba, hasta que una bala paso por mi espalda, rasgando la tela.

“Santos cielos!!! ME ESTÁN DISPARANDO!!! Existiendo civiles por todos los alrededores… se han convertido en unos monstruos que no les interesa la población” – pensé de forma rápida, mientras colocaba mis aletas en un lugar más seguro para trepar… mi vida estaba más en juego de lo que había imaginado, si me atrapaban esos sujetos, seguro moriría.

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El grupo de soldados salieron de la casa de la familia Grosso, observando cómo se alejaba la carreta con el pirata colgando como si fuera un feo adorno, esforzándose por no caer al suelo y ser capturado, mientras detrás de ellos, el gruñido gutural del teniente Jonathan, se escuchaba al ver como el objetivo de su misión principal se alejaba de ellos… y peor aún, el montón de soquetes que el acompañaban que quedaban observando la escena como si se tratara de una linda obra teatral.

Desde la noche anterior habían recibido una llamado sobre actividades sospechosas y extrañas de un navío que había traído consigo a un sujeto que les salió de sorpresa de las bodegas y corrió a ocultarse entre las cajas el puerto.

Por lo que se dio a la tarea, con su grupo de soldados, de buscar a dicho individuo y patrullar las calles de la ciudad con la finalidad de capturarle, puesto que por sus características suponían que se trataría de algún pirata… pero que gran sorpresa se llevó al descubrir de que pirata se trataba.

– Señor… ¿qué hacemos? – preguntó un joven soldado, sosteniendo su mosquete y viendo con temor a su superior que parecía de lo más alterado.

– Vayan… ¡¡¡POR LOS CABALLOS!!! – gritó amenazadoramente a sus soldados, como una forma de presionarlos en cumplir con la orden, siendo interrumpido por el sonido de un disparo realizado por uno de los cabos que le acompañaban.

Sin una pizca de duda, consideración o paciencia, el teniente dio vuelta propinándole al chico un certero y fuerte puñetazo en el rostro, que le rompido el puente de la nariz y lo tumbo en el suelo.

– ¡¡¡ACASO ESTAS LOCO!!! – Gritó el teniente Jonathan mostrando sus colmillos – ¡¡¡¿NO VES LA CANTIDAD DE CIVILES QUE HAY EN LAS CALLES?!!! ¡¡¡¿CÓMO SE TE OCURRE DISPARAR, IDIOTA?!!! – el chico tumbado en el piso se llevó su mano a su pico por el dolor del golpe otorgando por su superior.

Sin decir nada más, el can comenzó avanzar a paso rápido, dejando atrás al chico y al resto de soldados, que al ver dicha acción se apresuró a seguirle, olvidándose de su compañero tumbado en el suelo y tratando de obedecer las órdenes de forma inmediata.

En cuestión de minutos, un par de chicos llegaron con un par de caballos, tirados de sus riendas, listos para iniciar con la persecución y atrapar a ese pingüino pirata. Un grito de batalla se dejó escuchar por el teniente, iniciando la marcha de los caballos.

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El sonido del trotar de los caballos se escuchó cerca de la carreta en la que iba, si bien no era demasiado cercano, era lo suficiente ruidoso para notarlo de primera mano, obligándome a voltear en dicha dirección y consiguiendo que mis plumas se erizaran como un gato al ver lo cerca que comenzaban a estar de mi.

“¡¡¡Rayos!!! En serio quieren atraparme en esta ocasión” – pensé, esforzándome en subir al techo de la carreta, aunque no era para sorprenderme, después de dejar a ese viejo perro colgado de sus pantalones en el mástil más alto de su propio barco, era compresible que deseara verme colgado también…

Aunque seguramente su escenario ideal era hacerlo en medio de la plaza pública…

Y con una soga bastante gruesa… alrededor de mi cuello…

Escenario tétrico, lo sé, pero yo también se lo haría si estuviera en su lugar jajajajajaja.

Y luego de estar intentando una y otra vez, subir al techo del carro, considero que fue suficiente, y me rindo, buscando un plan mucho más sencillo… así que me quede colgando de la carreta, mientras pensaba en algo nuevo, hasta que el sonido del interior me dio una nueva idea: Utilice mi pie para tratar de abrir la puerta del carro, sin que el cochero y sus habitantes lo notasen o armasen un escándalo, lográndolo con algo de esfuerzo y entrando de golpe a su interior.

Dentro de la cabina, se encontraban dos felinos de angora, un joven caballero, buen mozo, y una dama mayor de edad… ambos sorprendidos de verme dentro de su carreta. Inmediatamente cerré la puerta del coche, para evitar llamar más la atención y, en un movimiento rápido, retire el clavel del traje del joven felino.

– Una bella flor, que no logra competir con la belleza de su persona – ofrecí la flor con la mejor de mis sonrisas a la dama que tenía frente a mí, mientras yo esperaba que mi labia funcionase en la dama y detuviera al joven que comenzaba a golpear el techo para llamar la atención del cochero.

Un leve sonrojo apareció en su rostro, mientras tomaba la flor con su mano… ese truco nunca falla, la sorpresa provocada duraba lo suficiente para pensar en una posible salida al predicamento en el que me había metido, además, el felino no tenía intenciones de hacer nada por su propia sorpresa al ver que su madre tomaba la flor y comenzaba a reír como boba por mis palabras.

Me asome por la ventana, sin que el cochero notara mi presentica y provocando que la armada real se repartiera por toda la ciudad al perder mi rastro, seguramente pensaron que baje del vehículo y corrí a algún otro lado.

Tenía que llegar pronto al puerto, tomar un barco (al menos un bote) y zarpar para encontrarme con tripulación.

– ¿A dónde se dirigen? – pregunte sin ver a ambos individuos, puesto que mi atención estaba dirigida en el montón de individuos con uniforme militar dispersados en la ciudad en busca de mi paradero.

– Nosotros vamos a la plaza pública – respondió la dama, aún ruborizada por el detalle de la flor.

Realice un sonido de mi pico, como una forma de maldecir en voz baja, puesto que la dirección de los ocupantes del carro me alejaba de mi destino, así que finalmente tome una decisión, mientras me acercaba a la puerta del coche.

– Muy bien, habrá un cambio de planes – les dije simplemente, mientras abría la puerta y subía por la tarima que me llevaría al techo y, en consecuencia, al conductor del carro. Coloque mi pie para tomar el empuje necesario y, una vez arriba, comencé el camino por aquella superficie en movimiento.

Estire mis aletas para ayudarme a mantener el equilibrio y evitar llamar la atención de los transeúntes… esfuerzo que fueron en vano, al escuchar un grito a lo lejos… pero no era de una dama asustada… no, señor… se trataba de un bramido de batalla.

Era la armada o, por lo menos, tenía pinta de ser eso.

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– ALLÍ ESTA!!! – Gritó el teniente al resto de los soldados que le seguían de cerca, ya fuese a pie o en caballos, realizando una señal para que se apresuraran a alcanzarlo… El perro gris, consideraba una suerte que no haber desviado el camino inicial, al creer por un breve momento que aquel bellaco habría bajado de la carreta y enfilado a otra dirección.

A paso veloz en su caballo, le dio alcance al coche que avanzaba a buena velocidad, como si llevara prisa… observando como el pirata avanzaba por el techo, tratando de alcanzar al cochero, si lo lograba, difícilmente lo alcanzaría, sin mencionar el peligro que correrían los civiles dentro del vehículo.

Lanzando una maldición silenciosa, el teniente hostigó a su caballo para presionarlo a avanzar por el frente de los demás.

– ¡¡¡DETENGA EL CHOCHE!!! – ordenó el perro al cochero, sin poder darle un buen alcance sin lastimar a alguno de los habitantes que trataba de ponerse a salvo de la persecución, sin duda los daños provocados ya eran superiores a los que deseaba en un inició.

Logro divisar como Mr. Tux se acercaba al cochero, arreando a su caballo todo lo que podía, si ese sujeto lograba alcanzar a tener las riendas de la carroza, todo estaría perdido, puesto que les llevaría a las zonas más difíciles de accesar para ellos, tal vez poniendo en peligro una gran cantidad de inocentes civiles.

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– Buenas tardes, Henry – salude cortésmente al felino de color café con manchas blancas que manejaba el carro, en cuanto mis aletas estuvieron cerca de él, tomándole de un costado de su chaqueta y sonriéndole a pesar de su sorpresa.

– Lamento informarte que acabas de ser despedido – me disculpe y lo empuje fuera del vehículo, procurando que cayera sobre un puesto de verduras, que amortiguaría su caída y evitaría que se lastimase, además de provocar una distracción para el camino de los soldados que se apresuraban a alcanzarme y comenzaban a esquivar las verduras y rejas que rodaban en el camino, algunos perdiendo el control de sus caballos.

Tome las riendas de los caballos y con gran maestría, redirigí el carro en dirección al muelle de la ciudad, aumentando la velocidad con la finalidad de alejarme lo suficiente de ellos.

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Un gruñido se escuchó de parte del Teniente Jonathan al ver como su presa empujaba al cochero y tomaba el control total del carro, dirigiéndolo a una nueva ruta que supo distinguir de inmediato, sabiendo que pronto estaría lejos de ellos.

Realizó una señal con la mano, provocando que dos de sus chicos detuviesen sus caballos y fueran a auxiliar al pobre felino que trataba de levantarse del montón de verduras sobre las que había caído. Mientras otros dos soldados  tomaban rutas diferentes, de acuerdo a las señalas que hacía su teniente con las manos. De un salto, el resto de caballos de la armada evitaron las verduras esparcidas en el suelo y continuaron la persecución.

Mr. Tux recorría zonas completamente habitadas donde los civiles trataban de ponerse a salvo, imposibilitando el dispararle, sin mencionar el peligro que corrían los individuos dentro del coche, que tal vez podrían estar ya muertos.

– ¡¡¡MOVIMIENTO CAMALEÓN!!! – Ordenó el perro…

De forma inmediata, tres soldados apresuraron sus caballos, en dirección a una calle aledaña y perdiéndose de la vista de los demás…

La carreta que manejaba el pirata avanzaba a gran velocidad, manteniendo la mirada fija al frente e ignorando el actuar de los soldados… hasta que tres de ellos salieron de una calle a su costado, alarmándose al verlos. Sin dudarlo, logró virar los caballos para evitar chocar con ellos, obligando a la pobre carreta inclinarse peligrosamente por un costado, amenazando con voltearse, logrando escapar nuevamente, y provocando que los soldados fallaran en su misión.

– ¡¡¡RIÁ!!! ¡¡¡RIÁ!!! – Apresuró sus caballos el teniente Jonathan, al ver la falla de sus soldados, tratando de darle alcance al pingüino y darle fin a toda esa ridiculez, mientras llevaba su mano a un lado de su cintura y preparaba su arma… sólo necesitaba de un tiro certero para mandar al otro mundo a ese miserable.

Sin importarle civiles, puestos o demás vehículos, el can logro darle alcance al pingüino.

Sin embargo lo que ocurrió era algo que ninguno de ellos lo esperaba.

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En lo personal, jamás imagine que fuera tan popular en la ciudad que me vio nacer hace mucho tiempo atrás, pero el entusiasmo que presentaba la caballería real y los escuadrones que por poco me alcanzaban me demostraban a todas luces que gozaba de una muy mala (o tal vez muy buena) fama, además habían mejorado mucho en sus tácticas desde la última vez que nos vimos.

El sonido de los cascos metálicos se escucharon en mis espaldas, no hacía falta que me tomara la molestia de voltear, conocía muy bien ese gruñido inconsciente que resonaba en el camino, ese viejo perro no cambiaría jamás. Resople apresurando a los caballos y olvidándome de las personas que transportaba.

Sonreí ligeramente al recordar ese “pequeño” detalle por el cual había jurado vengarse contra mí y devolverme el mismo daño que le cause… vaya sujeto rencoroso, de todos modos, nadie le obligo a seguirme hasta esas zonas peligrosas, y donde cualquiera de los dos pudo haber sufrido ese destino frente al grupo de tribales en aquella isla olvidada por Dios.

– MALDITO PIRATA!!! – aquel gritó me despertó de mis pensamientos, vi como llevaba desfundada el arma y con la mecha encendida, lista para emitir su disparo y acabar con mi vida de un solo tajo, en tanto aquella mirada decidida que provocaría escalofríos en cualquier ser vivo, estaba fijada en mí.

Avanzamos algunos metros más, sin fijarnos en el camino que teníamos enfrente de nosotros…

El teniente me apuntó con su arma, tomando como el blanco principal mi cabeza que resaltaba por encima de la carreta… por alguna razón, mi ojo azul se posó en sus ojos violetas, que brillaban sedientos de una venganza absurda que no repararía nada sobre nosotros…

Y, a pesar de ello, me limite a sonreír de lado, con pleno conocimiento de que si me daba ese tiro, acabaría finalmente mi vida.

¿Acaso aquí llegaría el final de mis grandes aventuras?

Bueno, al menos experimente el amor por última vez…

Así que aceptare mi destino, cualquiera que sea… pero si sobrevivo, debo recordar enviarle flores a la jovencita con la que estuve.

El relinchido de los caballos distrajo mi resignación, en tanto mi cuerpo comenzaba a elevarse del asiento del carro y me trataba de sostener fuertemente de las riendas.

No tenía idea de lo que ocurría, sólo tenía seguro el suelo recibiría mi cuerpo, al verme en el aire y soltando las riendas por impulso, mientras las rocas se veían cada vez más cerca de mí rostro.

– ¡¡¡EN LA CARA NO!!! – grite al ver aproximarse el muro en mi dirección, poco antes de que mi cuerpo se estrellara contra él y darme de lleno en el pico…

¡¡¡POR TODOS LOS CIELOS!!! ¡¡¡QUE DOLOR!!! Solo espero no haberme fracturado el pico o algún hueso de la cara, eso sería el colmo de todo lo que me ha pasado y vaya que he vivido.

Aunque mis oídos zumbaban por el porrazo que me di, puedo distinguir un ligero chillido de un perro, seguramente el teniente tubo algo que ver con eso, pero ¿a quién le importaba? Debo de aprovechar esta oportunidad.

– ¡¡¡AAHHH!!! – Me queje del dolor cuando me levante, mi cuerpo vibraba por el golpe, pero no importaba nada más que ponerme a salvo, así que comencé a mover mis piernas para alejarme por la calle, aprovechando el escándalo provocado por el choque y evitando la gente que se acercaba preguntándome si estaba bien, antes de que alguien comenzara a gritar “¡¡¡Un pirata!!! ¡¡¡Un pirata!!!”

Lleve una de mis aletas a mi pico, esforzándome por mantener mi ojo abierto para guiarme e ignorando el escandalo dejado atrás. Avance por la calle a paso rápido, hasta que el aturdimiento pasó y pude caminar correctamente, de todos modos, parecía un borracho.

Finalmente me perdí entre la multitud al darme vuelta y distinguir que los jóvenes soldados trataban de levantar al teniente y despertarlo, al parecer se desmayó por el golpe… ¡Yupi! Ventaja para mí.

Sigilosamente entré a una de las callejuelas que conectaban las calles para cambiar mi ruta y no me encontraran con tanta facilidad, recordando los viejos caminos que utilizaba como atajos durante mi juventud, hasta que algo llamo mi atención…

CAPITÁN MR. TUX
RECOMPENSA 100, 000, 000 PIEZAS DE ORO
VIVO O MUERTO

– Vaya, vaya ¿qué tenemos aquí? – una ficha de búsqueda colgada en el callejón relucía sobre el resto con mi rostro… vaya imagen que habían puesto, no favorecía para nada mi perfil y me hacía ver mucho más malo y vil que de costumbre… ¡¡¡Y miren nada más!!! Ofrecen oro por mi cabeza y no plata.

– Nada mal, para alguien de mi edad – coloque mis aletas en los costados, orgulloso de verme… al menos, ofrecían más que la última vez. El resonar de las botas en la calle atrajo mi atención, supongo que iniciaron con mi búsqueda, en fin.

– Creo que escapo por aquí – escuché la voz de un jovencito en mi dirección, era mejor ocultarme antes de que me atraparan.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: CONTINUARA :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Disclaimer

Anterior: A2 - C1 = EL ENCUENTRO DE LOS AMANTES
NOTAS PARA SEGUIR LA LECTURA:
Los “:::::::::::::::::::” son saltos de lugar.
Los pensamientos de los personajes irán de la siguiente manera: – “pensamiento” –

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TORMENTA DEL CORAZÓN
ARCO 2. El REGRESO DEL PIRATA.
Quizás somos dos locos incurables
tal vez somos dos chispas en la oscuridad
quizás es que en lo nuestro no quisieron
tratar de comprender nuestra mejor verdad
y no importa la distancia de tu puerto
que pongan siete mares entre tú y yo
no importa soportar las tempestades
mi faro es tu mirada y tu amor mi sol.
Tu pirata soy yo --- Chayanne

CAPÍTULO 1. EL ENCUENTRO DE LOS AMANTES.
En el interior de la mansión que ocupaba la familia Gross, en una de las habitaciones más limpias y ordenas, cuyo inte
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A2 - C3 = EL ESCAPE. PARTE 2
Este capítulo es una combinación de narrativa desde primera persona (punto de vista de Tux - POV) y desde tercera persona (narrador). Iniciará con la narrativa del autor y terminara con los pensamientos de Mr. Tux, se hará la aclaración pertinente en el mismo texto.
Los “:::::::::::::::::::” son saltos en tiempo y lugar.
Los pensamientos de los personajes irán de la siguiente manera: – “pensamiento” – 
Espero que sea de su agrado.
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TORMENTA DEL CORAZÓN
ARCO 2. El REGRESO DEL PIRATA.
Escapar es fácil, permanecer libre es lo difícil.
Peli Pour Elle


CAPÍTULO 3. EL ESCAPE. PARTE 2.

– Creo que escapo por aquí – habló un joven conejo de color café y ojos color miel, volteando a todos

El segundo capítulo de esta historia!!!! :iconpiratelaplz: Espero que les haya sido de su agrado, puesto que me esforcé porque fuera gracioso el capítulo >w<.

¿Creen que atrapen al pirata Tux? O ¿lograra escapar de un cruel destino de dolor y desesperación? ¿Qué sucederá con su tripulación?

Mr. Tux, Teniente Jonathan y demás personajes © :iconleyva1130:
Historia © :iconleyva1130:

Un agradecimiento especial para todos aquellos que han llegado a prestarme a sus personajes para desarrollar esta historia :D

Novela/Fic: Tormenta del corazón

© 2015 - 2024 leyva1130
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reina-liuba's avatar
Gran huida :XD: Con altibajos pero logro escaparse ^^; jejeje

Estoy un poco curiosa por saber que paso entre Tux y ese perro pero una parte de mi no esta muy segura de querer saberlo ñwñ