literature

A1 - C1 = EL ATAQUE AL DIAMANTE NEGRO

Deviation Actions

leyva1130's avatar
By
Published:
649 Views

Literature Text

NOTAS PARA SEGUIR LA LECTURA:

Los “:::::::::::::::::::” son saltos en el tiempo, equivalentes a una semana o más tiempo…

Los << >> son pertenecientes a sucesos del pasado, irán posteriores a la leyenda *Flashback*.

Los pensamientos de los personajes irán de la siguiente manera: – “pensamiento” –

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

TORMENTA DEL CORAZÓN
ARCO 1. EL INICIO

CAPÍTULO 1. EL ATAQUE AL DIAMANTE NEGRO.

En medio del mar, un navío cuya popa tenía escrita la leyenda “Diamante negro”, se encontraba en llamas y semi-destruido en su casco y balcones, con las velas desgarradas y semi-quemadas, navegando a la deriva sin que nadie guiara su rumbo al destino que estaba marcado para él…

A varias leguas de él, un barco perteneciente a la corona inglesa se apresuraba a llegar al navío derruido, con la finalidad de alcanzar a recuperar las pocas riquezas que quedasen en él, a los sobrevivientes y, tal vez, algunos de los culpables de dicho desastre.

En cuanto pudieron abarloarse* y abordar** al navío aparentemente abandonado, los marinos pertenecientes a la armada real comenzaron a recorrer toda la nave en busca de sobrevivientes, manteniendo listas sus armas en caso de ser un ataque sorpresa y/o trampa de piratas, y buscando algunos objetos que pudiesen recuperar y regresar a la corona y sus respectivos dueños…

El sonido de las botas golpear la cubierta del barco olvidado por Dios, al dejar que algo así sucediera, resonaban por cada rincón de la nave, aunándose al crepitar del fuego que comenzaba a apagarse por la lluvia que comenzaba a caer sobre ellos, así como los breves rechinidos de la madera arruinada.

Un soldado de casaca roja, que sostenía su espada desenvainada con su aleta derecha, lanzaba órdenes a gritos al resto de los marinos que se mostraban asustados y horrorizados por la cruel escena que tenían frente a sus ojos, negándose a creer que existiese tanta maldad y crueldad de parte de un grupo de individuos.

Los cuerpos del capitán y los almirantes que lo acompañaban, se encontraban suspendidos en el aire, siendo su único sostén una gruesa cuerda alrededor de sus cuellos… las velas desgarradas y la cantidad de sangre en ella, demostraban la crueldad a la que habían sido expuestos, seguramente al negarse a ceder a sus peticiones. Otorgando una imagen de terror, como si se tratase de un barco salido del infierno… pensar que habían zarpado hace poco de Gran Bretaña en dirección a España.

– Malditos piratas… – habló un pingüino de ojos rojos, rostro oscuro y mirada enloquecida por la escena encontrada… una mueca de asco y desagrado fue compuesta en su rostro ante lo que veía… tronó su pico, deseando poder encontrar algunos otros sobrevivientes, además de los tres que habían encontrado ocultos entre las habitaciones y trozos de madera derruidos del barco.

Un cuarteto de pingüinos, compuesto de dos jóvenes cabos y dos soldados de rango regular, se acercaron al pingüino de tez oscura que apretaba el agarre de su espada, al tratar de contener su furia por lo ocurrido… si tan solo hubiesen llegado unos minutos antes, eso no hubiese ocurrido.

– ¿Señor?! – Habló un pingüino de ojos café claro de casi el mismo tamaño que su superior, pero más joven… las plumas de su rostro eran totalmente blancas, aunque algunas se encontraban manchadas por el hollín y el carbón causado por la madera quemada… su físico era de un pingüino normal que habitaban las zonas antárticas.

Junto al oji-cafe, se encontraba un pingüino de ojos color gris, con características parecidas que hacían pensar que fuese su hermano, salvo con la particularidad de no ser tan alto como el primero, pero sí de rebasar la estatura de los otros dos pingüinos que les acompañaban.

El otro par, unos pingüinos con los ojos azules, uno mucho más alto que el otro, observaban interesados y con algo de preocupación a sus superiores, esperando alguna orden.

– Manfredi… – habló el pingüino de ojos rojos, sin molestarse en desviar la mirada de ese macabro espectáculo, para ver al equipo que se había acercado a él – Dame tu reporte de la misión.

– Buck Rockgut, Señor… – inició el oji-café poniéndose en una posición de firmes y evitando a toda costa dirigir su vista en dirección a los altos mandos del navío en desgracia – encontramos 15 sobrevivientes más… 10 de los 100 civiles que viajan en el “Diamante negro”, 5 de los marinos que acompañaban a los almirantes, pero 3 están gravemente heridos – terminó de dar su breve informe, esperando no molestar a su Superior, escuchando un gruñido de molestia como respuesta.

– Esto debe ser obra de LA ARDILLA ROJA!!! – Gritó el oji-rojo dejando que sus plumas de su nuca se esponjaran por la furia de sus palabras, mientras los otros cuatro se veían entre sí, acostumbrados por el comportamiento obsesionado del mayor hacia ese pequeño ser desaparecido: el siniestro pirata “Ardilla Roja”.

No era de sorprenderse que Buck Rockgut reaccionara de esa forma ante situaciones así, asegurando que todo tenía que ver con el supuesto roedor, enemigo número 1 de la corona inglesa, el pirata más buscado y desaparecido como si la tierra se lo hubiese tragado… aunque últimamente comenzaba parecer fastidiosos sus gritos.

– Señor… además tenemos dos noticias… una tan mala como la otra – habló el teniente Johnson, que se encontraba parado junto al capitán y su hermano mayor Manfredi.

– Hable marino – ordenó el Almirante Buck, en cuanto dejo de dar sus ridículos saltitos por toda la cubierta diciendo “ardilla roja”, como efectos de su obsesión por el roedor.

– La primera, Señor, es que atrapamos a uno de los malandrines que abordaron el “Diamante Negro”, al parecer, el muy tonto, se quedó atrás, siendo abandonado por el pirata al que obedecía… seguramente le creyeron muerto en el momento… y todo por estar “ocupado” – dijo riendo en lo bajo por la forma tan absurda en la que lo sorprendieron.

Un golpe propinado por Manfredi en la cabeza de su hermano y una mala mirada fueron suficientes para obligarlo a parar su burla… si bien, era ridículo para cualquiera ser encontrado de esa forma, no dejaba de ser un acto vil y cruel lo que había estado realizando durante todo ese rato… sobre todo, tratándose de esa persona tan especial y conocida por ellos.

– Sin embargo… en este mismo navío… viajaba la única hermana del almirante Nigel – terminó de decir el teniente Johnson, mientras Buck Rockgut le dirigía una mirada de duda, exigiendo una respuesta a ese cuestionamiento silencioso que realizaba.

– ¿Rachel… Lincoln? – preguntó con su voz grave, esperando que le dijesen que era uno de los 15 sobrevivientes encontrados en el navío, no deseaba darle una noticia así a Nigel.

– Si señor… ella está muy grave… los médicos de la flota ya están atendiéndola – respondió el Capitán Manfredi, trayendo un suspiro de tranquilidad de parte del Almirante, pero el silencio guardado y la mirada insegura y llena de rencor de los demás soldados demostraba una desgracia más grande a la que suponía el superior.

– ¿Qué sucedió… con ella? – preguntó Buck, realmente preocupado.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

(10 días después…)

Un pingüino de gran estatura y de rostro oscuro, con una corona de plumas que se encontraban totalmente despeinadas por la carrera realizada, corría a todo lo que daban sus piernas por el pasillo del jardín de su casa, mostrando una verdadera desesperación al abrir la puerta y no tomarse la molestia de cerrarla.

En cuanto fue informado de lo ocurrido, no dudo en abandonar su puesto sin interesarle el grito y orden dada por su superior al verlo salir disparado, con la disposición de socorrer a su hermana menor que regresaba de aquel viaje a España, iniciado días atrás…

No podía creer lo ocurrido con el navío, mucho menos con ella… no deseaba creerlo, su mente y corazón se negaban a aceptar tal desgracia al único familiar de sangre que tenía.

Subió las escaleras que llevaban al piso que deseaba ir y, en cuanto llegó al pasillo que llevaba a la habitación de su hermanita, fue detenido por un par de marineros que vigilaban la entrada de dicho cuarto, sin que los notara en un inició por su propia desesperación.

– ESPERE POR FAVOR, ALMIRANTE NIGEL!!! – Suplicó un pingüino de cabeza plana, de baja estatura y ojos azules, esforzándose por sostener al mayor y evitar que entrara de esa forma tan precipitada a la habitación.

– SUÉLTAME SOLDADO!!! – Ordenó Nigel, removiéndose en el agarre del joven soldado, mientras el otro pingüino que le acompañaba se unía a él, para detenerlo.

– Por favor, Señor… No puede entrar a la habitación… haciendo tanto escándalo – pedía el otro pingüino, igual de alto que su superior, pero de menor edad y con ojos azules como el más bajito – su estado es delicado…por favor… – suplicó el joven cabo, dirigiendo sus orbes azules a las verdes del pingüino despeinado.

Finalmente, el sonido del cerrojo de la puerta al abrirse se escuchó en el pasillo, mientras salía el almirante Buck Rockgut y observaba la escena tan patética realizada por ese trío de escandalosos. En cuanto reconoció a Nigel, se acercó a él, observando el amarre aplicado por los dos cabos, para darle un fuerte bofetón al oji-verde para calmarlo.

– Tranquilízate Nigel – ordenó de forma suave y seria, realizando una señal a ambos cabos para que soltaran al mayor. En cuanto se vio libre, sin importarle el bofetón propinado y sin tranquilizarse, se dirigió presuroso a la puerta, dispuesto a entrar a ver a su hermana… pero la aleta de su compañero fue rápidamente posada en su hombro, deteniéndolo levemente.

– Estaba muy alterada… acaban de tranquilizarla, por favor Nigel – habló Buck con su voz gruesa y calmada, para hacer entrar en razón a Nigel – el médico… aseguró que necesita mucho descanso… y un ambiente tranquilo y relajado… en especial por su nueva condición – terminó Rockgut, escuchándose un dejo de tristeza en sus palabras, sin que Nigel se molestara en verlo.

Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Nigel con esas palabras.

– ¿Su... nueva… condición? – preguntó entrecortadamente en forma de susurró… no hubo respuesta a su cuestionamiento, más que el silencio que reinó en el pasillo… ninguno de ellos estaba dispuesto a darle una noticia como aquella al Almirante, que podría resultar peligroso cuando estaba realmente enfadado. Sin decir o hacer nada, dio vuelta la perilla, empujó la puerta y entró a la habitación de su pequeña hermana, dispuesto a verificar su estado, cerrando la puerta detrás de sí y dejando fuera a los otros pingüinos.

– Pobre hombre – habló el pingüino de delgadas cejas amarillas y ojos rojos, mientras los dos más jóvenes dirigían la mirada en su dirección – Skipper, Kowalski… avisen a su Capitán Manfredi y al teniente Johnson, que Nigel ha entrado a ver su hermana… me pidieron que les informara cuando eso aconteciera – ambos pingüinos se vieron entre sí.

– Además… zarparemos en cuanto suba la marea y las aguas estén más tranquilas… encontraremos a todos esos miserables y los llevaremos ANTE LA JUSTICIA!!! NO SE SALDRÁN CON LA SUYA!!! – Dijo con seguridad y rencor en cada una de sus palabras, iniciando su camino por el pasillo – es lo menos que podemos hacer por Nigel – terminó.

– SI SEÑOR!!! – Los más jóvenes le dieron un saludo militar a su superior, mientras le observaban retirarse.

– Pobre Nigel – dijo Skipper observando la puerta de madera por la que había entrado el mencionado. Kowalski realizó un movimiento afirmativo con su cabeza, observando el mismo punto.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Por su parte, Nigel se encontraba parado y completamente inmóvil frente a la puerta, ajeno a lo que ocurría afuera, observando a lo lejos el lecho en el que se encontraba su hermanita acostada descansando. Podía ver que se encontraba bastante tranquila, así que se animó a dar algunos pasos, de forma insegura, en su dirección, esforzándose por hacer el menor ruido posible y despertarle de su sueño tranquila.

Llegó hasta su cama, sin poder retirar su vista de rostro pálido de su hermana. Si bien, parte del rostro de ella tenía plumas blancas, a partir de la parte inferior del pico, podía distinguir perfectamente la palidez de su blanca piel. Además, de esa expresión de dolor y pena por lo ocurrido, a pesar de estar dormida.

Se mantuvo junto a su lecho por un buen rato, observando su rostro y buscando aquella lozanía y alegría tan características de ella y que podía identificar aun cuando estuviese dormida, sin tener éxito en su búsqueda…

Algunas lágrimas se comenzaron a formar en sus ojos, negándose a llorar por ser un soldado… pero aquel rezago de humedad en las plumas que rodeaban los ojos de ella, demostraba que ella había llorado constantemente, tal vez hace unos momentos lo había hecho, un poco antes de que se quedará dormida, tal vez mientras dormía.

Tragó pesado, pensando que alguno de los dos debía ser fuerte, sobre todo al ver ligeramente aquel dictamen médico, dejado olvidado en la mesita de un lado, tal vez a propósito para que él lo viera… y él estaba dispuesto a ser ese alguien, mostrando toda su fortaleza para mantener a flote a su hermana.

Suavemente, colocó una de sus aletas sobre los ojos de ella, esperando a que despertara, tal y como lo hacían de niños y él llegaba con alguna sorpresa y regalo para ella, provocando su sonrisa y risas por aquel infantil juego que solían realizar hasta la fecha.

Levemente, sintió un movimiento en el rostro de ella, retirando su aleta lentamente para verla a los ojos. La pequeña pingüino, abrió pesadamente sus ojos… manteniendo una mirada triste… dejando ver sus orbes de color verde, iguales a las del macho, mostrándose entre sorprendida y avergonzada…

Un hueco se hizo en el corazón de Nigel, al ver los ojos de su hermana menor carentes de aquel brillo que mostraban tiempo atrás, embelesándolo cada vez que le veía y provocando que todo individuo que estuviese cerca de ella, quedara fascinado y enamorado por la mirada de aquella bella criatura.

– ¿Nigel? – habló la jovencita con su voz suave de siempre, mientras le daba una triste sonrisa que trataba de mostrar alegría por ver al pingüino que la observaba.

– Ra… Rachel… – Dijo en un susurro, observando la expresión de la joven pingüino y distinguiendo todo el dolor que guardaba ella en su interior… aquella expresión fue suficiente para derruir toda la fuerza que suponía tener para apoyar a su hermana… su alma no pudo aguantar más y dejo caer su cuerpo, colocando su rostro sobre el vientre de ella iniciando un fuerte llanto que no podía parar aunque quisiese, recriminándose a sí mismo, de forma silenciosa, el hecho de no haberla acompañado durante ese viaje para protegerla, en vez de obligarle a ir sola bajo el argumento de tener suficiente edad (17 años, casi 18) para viajar…

Que gran error había cometido y cuan caro lo estaba pagando.

Una de las aletas de ella fue posada sobre la cabeza despeinada de él, como una forma silenciosa de consolar el dolor que sufría en su corazón y mostrarle que todo estaba bien y saldría adelante como fuera… después de todo, seguían juntos y ella estaba con vida.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Un poco de información sobre términos:

*Abarloarse: Consta en el amarre de un barco a otro, acomodados uno al lado del otro.

**Abordar: Pasar la gente, del buque abordador al abordado.

Disclaimer

Siguiente:
Capitulo 2

Hola a todos!! He iniciado este nuevo proyecto que tendrá una mayor continuidad que el resto de mis fic, puesto que ya tengo el material en borradores escritos a mano en más de un pequeño cuaderno y sólo falta pasar los datos a archivo digital entiéndase transcribirlos, algo que también me toma algo de tiempo, pero no tanto como escribir las ideas en el computador.

Espero que sea de su agrado esta historia que fue sacada totalmente de mi loca mente y parece que continua y continua, por las ideas adelantadas que he llegado a tener :D.

Rachel © :iconleyva1130:
Buck Rockgut, Nigel Manfredi, Johnson, Skipper, Kowalski © Nickelodeon, pingüinos de Madagascar
Historia © :iconleyva1130:

Un agradecimiento especial para todos aquellos que han llegado a prestarme a sus personajes para desarrollar esta historia :D

Novela/Fic: Tormenta del corazón

© 2014 - 2024 leyva1130
Comments8
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In
reina-liuba's avatar
Recuerdo algunos fragmentos de este capitulo en tus journals.